Guáimaro, 16 abr. La generalización de la agricultura urbana y sub urbana familiar en patios, autoconsumos y fincas es una necesidad que no todos acaban de interiorizar y llevar a la vida cotidiana a pesar de los extraordinariamente elevados precios de los productos varios en el país, lo cual reduce al máximo los niveles de consumo de la población cubana de más bajos ingresos económicos y aumenta la pobreza.
Los cubanos sabemos que a mayores niveles de ofertas de alimentos bajan los precios pues cuando la demanda es alta y no se satisface plenamente, se producen precios como los que prevalecen actualmente en Cuba donde se cotiza hoy un dólar a 352 pesos cubanos en el mercado informal y ésa tasa perjudica a quienes los compran, que son la mayoría, y especialmente a quienes dependen de ellos para comer.
Hay que rescatar la experiencia de la década del 90 y sembrar alimentos agropecuarios en cualquier espacio libre de la casa y con mayor énfasis en los patios, autoconsumos y fincas campesinas donde se deciden la implementación de precios competitivos y el mejoramiento de las capacidades de adquisición de la población porque de lo contrario seguiremos sobreviviendo en medio de la especulación y el caos que algunos llaman matándonos entre nosotros.